domingo, 4 de diciembre de 2011

Futbol para nadie

Una disputa innecesaria entre el Gobierno nacional y el porteño impedirá que se juegue el duelo entre San Lorenzo y Tigre para impedir a toda costa la consagración anticipada de Boca, el día de las elecciones en el club de la ribera, donde juegan fuerte el macrismo y kirchnerismo.

En el tire y afloje, entre dos poderes políticos, el futbol volvió a perder. San Lorenzo y Tigre debían jugar este fin de semana pero en un torbellino de irregularidades, el partido se suspendió, sin una verdadera razón coherente o lógica. La explicación es que los dos gobiernos, el Nacional y el de la Ciudad de Buenos Aires, decidieron jugar fuerte en las elecciones de Boca de este domingo, y el duelo que se debía jugar en el Bajo Flores, fue rehén de dicha disputa.
Tal vez sea el primer enfrentamiento importante entre los K y el PRO de cara al 2015. Hasta ahora ganó siempre el macrismo, ya que los derrotó en los dos ballotages, en una elección legislativa hace dos años, y hasta le birló el segundo tiempo en la elección a gobernador de Santa Fe- Del Sel fue el escolta del socialista Bonfatti, dejando tercero al kirchnerista Rossi-. En esta elección en Boca, Daniel Scioli, gobernador de la Provincia y presidenciable del PJ para el 2015 y Carlos Kunkel, diputado ultraK, apoyaron abiertamente a Jorge Amor Ameal, mientras que Mauricio Macri hizo lo propio con su delfín Daniel Angelici.
Si bien el macrismo denuncia que Ameal trajo la política a Boca, es juntamente la lista de Angelici la que ofrece nombres fuertemente ligados al Pro, como Oscar Moscariello, legislador de la Ciudad de Buenos Aires. El amealismo, o el kirchnerismo, armó un tridente con José Beraldi y Roberto Digon, pero también con figuras del PJ porteño como Víctor Santa María.
Todo empezó, cuando la Policía Federal y la AFA, con la venia K obviamente, decidió adelantar el cotejo entre el Ciclón y el Matador para el sábado, un día antes de lo previsto, con el pretexto de que el mega operativo que se iba a llevar a cabo en La Bombonera debido a la probable consagración y las elecciones, iba a impedir otro accionar policial en masa, a poca distancia, como lo es el Bajo Flores. Una ridiculez total. Hace seis meses, el fin de semana que condeno a River a jugar la Promoción, se jugaron cinco partidos al mismo día, dos en Capital y tres en la zona sur del Conurbano Bonaerense.
La intención del gobierno nacional era adelantar el cotejo porque si los de Victoria no ganaban, Boca se aseguraba el titulo, y así su delfín en la elección Jorge Ameyal podría captar el voto de los hinchas con la felicidad en el bolsillo que implicaba ser campeones. Sin embargo, apareció a jugar el Gobierno municipal.
No conforme con aparecer en spots y en afiches, el Jefe de Gobierno Mauricio Macri salió a evitar a toda costa, que las elecciones se hagan en el marco de un Boca ya campeón. Sin una razón valedera, clausuró el Nuevo Gasómetro porque según dicen nunca puede avalar una reprogramación que conlleve un adelantamiento de un partido. Si una postergación.
Y eso fue lo que paso, en principio el partido se va a jugar el lunes. Casi a la misma hora que Huracán dispute su partido por la B Nacional a Defensa y Justicia. Dos acérrimos rivales, jugando casi a la misma hora, a pocas cuadras de ventaja. Otro ridiculez mas y van…
¿Que habrá ganado el Pro posponiendo el partido? Al menos una victoria de Tigre, algo que no seria ninguna locura teniendo en cuenta la realidad de los dos equipos, hubiese marcado una sensación de incertidumbre mayor. Ahora los socios de Boca van a ir a votar, sabiendo que con un empate el equipo se consagra, y encima River perdió en la B Nacional con Boca Unidos. El humor del hincha va a ser inmejorable, al menos hasta que la pelota empiece a rodar en la Bombonera. Una hora después de que se haya cerrado el comicio. Mientras tanto, la pelota sigue enredada. Los intereses políticos pudieron más. A los gobiernos no les importa el pueblo. Ni menos el hincha. Es por eso, que el futbol es para nadie.

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